29° Jornada Mundial del Enfermo - Testimonio Mons. Bochatey
En diálogo con la Oficina de Comunicación y Prensa de la Conferencia Episcopal Argentina, Monseñor Alberto Bochatey, Obispo Auxiliar de La Plata y Presidente de la Comisión Episcopal para la Pastoral de la Salud compartió que:
“Hoy celebramos la 29ª Jornada Mundial del Enfermo con el título que nos propone el Papa Francisco de “un solo es nuestro maestro y todos ustedes son hermanos” de Mt. 23,8 y subraya la relación de confianza, fundamento del cuidado fraterno. Sin duda esta Jornada Mundial del Enfermo en la festividad de la Virgen María en la advocación de Nuestra Señora de Lourdes se hace bajo los efectos de la pandemia generada por el COVID-19; lo que deriva en un año muy especial que exige una gran coherencia entre lo que profesamos y la vida real. Somos testigos necesarios de un Jesús que es nuestro maestro, que nos reúne como hermano en la característica de ser hermanos todos, aspecto que el Santo Padre Francisco resalta una y otra vez, siendo esto lo que nos da un camino único que nos va a permitir florecer como hijos únicos el Padre llamados a vivir en esta fraternidad.
Esta jornada nos invita a recordar el modelo de Jesús médico, que es totalmente opuesto a la hipocresía, a la especulación. Jesús propone detenerse, escuchar, establecer una relación directa y personal con el otro, sentir empatía, conmoción con él o con ella, dejarse involucrar en su sufrimiento hasta llegar a hacerse cargo del enfermo por medio del amor y del servicio. Este es el ejemplo de Cristo médico que todos tenemos que seguir. Sabemos que el sufrimiento no es una condena o un castigo, tampoco es un estado de lejanía de Dios o un signo de su indiferencia. El corazón herido tiene que ser sanado, tenemos que poner todas nuestras energías en el encuentro con Jesús; de hecho, se nos va a hablar de la necesidad de rehacer o establecer un pacto basado en la confianza, en el respeto mutuo de unos con otros, de los poderosos y los débiles, de los sanos y los enfermos; hacer de esta sinceridad dada por el pacto de confianza la disponibilidad para superar toda barrera para poner en el centro la dignidad del enfermo, es esta clave de la persona humana, su dignidad, una dignidad que tiene que ser tutelada por la profesionalidad de los agentes sanitarios y mantener una buena relación con los pacientes y con sus familias. Es necesario darnos cuenta que justamente de la dignidad de la persona humana aparecen todos los elementos que hacen al corazón del hombre y agradecer muchísimo en esta jornada también a los que se han entregado con generosidad al cuidado de los enfermos, los agentes sanitarios, los voluntarios, los trabajadores y trabajadoras, los sacerdotes, religiosos, religiosas, que con su profesionalidad y con su amor han ayudado, cuidado, consolado y servido a los tantos enfermos y sus familias. Hay una multitud silenciosa de varones y mujeres que han decidió mirar sus rostros haciéndose cargo de las heridas de los pacientes y de la soledad.
Tenemos que buscar la cercanía, respetando todos los protocolos para poder dar el bálsamo del encuentro, tenemos que vivir esta cercanía no solo de manera personal sino también de forma comunitaria, en efecto como nos recuerda el Papa Francisco en su mensaje, “el amor fraterno en Cristo genera una comunidad capaz de sanar que no abandona a nadie, que incluye, acoge a todos y en especial a los más frágiles”.
Queridos hermanos y hermanas, que sea una jornada plena de responsabilidad en este año de tanta enfermedad y muerte, donde debemos constatar que, a pesar del gran desafío dado por la pandemia, los esfuerzos inmensos que se han hecho para salvar vidas todavía en nombre de supuestos derechos subjetivos hay un número cada vez mayor de legislaciones en todo el mundo, entre ellos la Argentina, que parecen distanciarse del deber esencial de proteger la vida humana en todos sus aspectos. Si se suprime el derecho a la vida de los más débiles ¿cómo se podrá garantizar efectivamente todos los demás derechos? Nuestra sociedad necesita, para caminar de la mano de los progresos médicos y científicos contribuyendo a superar las dificultades, pero sobre todo teniendo un gran respeto por todas las vidas humanas.
Finalmente, una palabra referida al tema de las vacunas. En este día del enfermo estamos viviendo todavía la dificultad en la accesibilidad a las vacunas, lo que genera un montón de dudas sobre la valoración científica y profesional de las vacunas. También algunas irresponsabilidades en la comunicación de noticias en relación con la vacunación y a la calidad de estas. Tenemos que aportar mucha paz, sabiduría y reflexión ética y bioética a pesar de la crisis política que estamos viviendo entorno al tema de la salud.
Les envío mi bendición especial, un recuerdo y cercanía particular a los más enfermos y a los que han sufrido la pérdida de un ser querido.
Buenos Aires (La Plata), jueves 11 de febrero de 2021.
+ Monseñor Alberto Bochatey OSA
Obispo Auxiliar de La Plata
Presidente de la Comisión Episcopal para la Pastoral de la Salud